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Erbló de Paco Rebolo... la última frontera.

A por la III. 14 de abril de 2007 en Los Barrios.

A por la III. 14 de abril de 2007 en Los Barrios.

  14 DE ABRIL DE 2007. 76º ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA       

 

14 de Abril de 1931, en España es proclamada la Segunda República tras unas elecciones en las que el pueblo, en su soberanía, decide en libertad y lo hace contra la oligarquía, contra el clero y, por ende, contra la dinastía más nefasta (si es que caben comparaciones) que ha conocido la Historia de España. La misma que ha conseguido, por nombramiento directo del vil asesino Francisco Franco (jamás se puede olvidar cómo llegó al poder el actual Borbón reinante), volver a enriquecerse a costa de todos los españoles.

14 de Abril de 2007, en Madrid, en Sevilla, en Málaga, en cientos de lugares y también, otro año más, en Los Barrios, miles de  personas de toda clase y condición se reúnen para conmemorar aquella fecha y para recordar que esa iniciativa democratizadora, abortada por la felonía de unas alimañas de uniforme (unos color caqui, otros negros como las almas de los que los llevaban), a sangre y fuego,  no puede permanecer arrumbada en el olvido.

Algunos todavía pretenden, en una artimaña más, hacernos creer que esa reivindicación no es sino nostalgia vacía y que todo el trabajo de reconciliación ya está hecho. Casualmente, quienes eso manifiestan suelen ser descendientes (materiales, ideológicos o ambas cosas) de los asesinos, de los violadores, de los ladrones y de todos aquellos que se alinearon con la injusticia para llevar a cabo un genocidio (uno más) como los de Chile, Argentina, Alemania, Hiroshima y, desgraciadamente, tantos más (de alguno somos testigos hoy día).

No. Queda aún mucho trabajo por hacer, muchas memorias por desempolvar y, qué tristeza, muchos muertos que desenterrar. Porque, aunque parezca increíble, todavía son miles las familias a las que se les ha negado uno de los más elementales de los derechos, saber dónde están sus muertos. Y todavía algunos (siempre del mismo bando, la estadística aquí no funciona) pretenden que callen, que ya ellos han olvidado y se han “reconciliado” con aquellos a los que vejaron. Que sus ansias criminales ya están saciadas. Me aturde tanta generosidad.

Y queda trabajo desde el momento en que cualquier reivindicación, recuerdo o alabanza de un tiempo, de unas ideas, de un impulso como no se ha conocido otro en nuestro país, es visto por algunos como una provocación, como querer romper un “consenso” del que muchos abominamos y que no es sino una vulgar “Ley de punto final” de los vencedores, ésos que escriben la historia y, cuando es necesario (para ellos lo ha sido muchas veces durante muchos años), la retuercen y falsean para su interés.

Lo queda desde el momento en que palabras como “nostalgia” o “reivindicación” son demonizadas y se les quiere dar una carga negativa de la que adolecen. ¿O es que acaso también se nos va a negar el derecho a reivindicar aquello en lo que creemos y por lo que muchos murieron o tuvieron que sufrir en el exilio o ser despojados de todo lo que tenían?

Lo queda sobre todo desde que, nosotros, ciudadanos de quienes emana la soberanía nacional, no tenemos la posibilidad de elegir al Jefe del Estado (y no digo “nuestro”, porque mío y de otros muchos lo será cuando podamos ejercer ese derecho básico y negado hoy día). Sólo nos resta acatar lo que la genética de unos pocos nos marque o nos envíe. Y, desafortunadamente, las leyes de la genética son inexorables e inmisericordes. Y a la historia de los borbones nos podemos remitir si alguien lo duda.

Una fecha para el recuerdo, pero también para la esperanza. Porque una vez algunos de los que estuvieron este 14 en Los Barrios vieron ondear la tricolor en los balcones de toda España, en los Ayuntamientos, en las Cortes, sin que nadie pudiera pensar en tener el derecho de arriarla. Porque muchos de los que allí estuvimos no hemos podido verlo. Y porque muchos de quienes lo vieron no pudieron estar allí, no por el tiempo pasado, sino porque sus vidas fueron cercenadas por defender una idea, una ilusión y no lo olvidemos, nunca lo olvidemos, por defender un sistema democrático justo, votado y elegido, de la maldad de unos pocos que usaron las armas para imponer su voluntad y la de quienes, de una forma u otra, les pagaban. A todos ellos, a todos nosotros, a todos vosotros, iba dirigido el mensaje de Juan Antonio Núñez, de Paco Esteban (ex-alcalde de Algeciras), Gonzalo Puente Ojea (en la foto y a quien se le rindió un merecidísimo homenaje por toda una vida), intelectual como quedan pocos, embajador de España (hasta en el Vaticano, curiosidades de la vida) y republicano insigne, y de Alonso Rojas (alcalde de Los Barrios).

Y el mensaje era el mismo: No hay dos sin tres.

¡Viva la República!

3 comentarios

HarróCafé -

Los extremos se tocan, cada vez más... Cuidadito, que dijo Monchito.

felipe -

VIVA EL REY, QUE NO QUISO EL ABSOLUTISMO Y SE PUSO A LAS ORDENES DEL PARLAMENTO ESPAÑOL.

Felipe Juan Froilán de Todos los Santos -

Estaba aqui, chateando con mis primos, y he visto este artículo de usted. Como no entendía nada se lo he pasado a mi tio Felipe, y me ha dicho que le pregunte por su nombre, DNI y domicilio. Dice que va a parecer un accidente...