LOS REZOS A SAN EXPEDITO
Recuerdo en las películas de Esteso y Pajares cuando se encomendaban a San Apapucio o un santo similar como dador de buena suerte y desconozco si en un afán meramente casposo a alguien de TVE se le ha ido por completo la pinza de eso del cerebro y los pliegues se le han desparramado más allá de lo aconsejable, pero lo de estos días en relación a la calma y el sosiego que genera (que “puede generar”) en los parados el rezo se acerca a lo sublime. Lo sublime en la gilipollez eso sí, pero sublime al fin y al cabo.
Y es que, recordemos que hace unos días desde la cadena pública que pagamos todos, se afirmaba por una tal Marta Jaumandreu que "Acercarse a un altar puede calmar la ansiedad por la falta de trabajo o por el temor a perderlo". Y también que con esto de la crisis "cada vez más católicos ponen velas a sus santos". Pudiera serlo, pudiera.
Lógicamente tamañas afirmaciones necesitan de un refrendo importante (ya se sabe que afirmaciones extraordinarias necesitan de pruebas extraordinarias) y aquí es donde se recrean en la suerte puesto que adornan el reportaje (casi publirreportaje) con unas imágenes de "devotos de San Expedito, el santo de las causas urgentes" en la parroquia de Barcelona donde se encuentra la figura, realizando peticiones, ofrendas y encendiendo velas. "He pedido por todo el mundo en vista de como está todo", cuenta un visitante ante la cámara.
Algo así como el comodín del público pero en versión de rancio folklore.
Para terminar de arreglarlo, nos sueltan una perla de las de traca y tiro otra vez: "Rezar es casi como cruzar los dedos. La única diferencia es que la actividad que conlleva poner una vela tiene un efecto balsámico". No habla nada de las posibles sustancias que impregnarían algunas velas para conseguir el deseado efecto, pero se me ocurren algunas.
Y lo adornan con, ¡oh milagro!, las supuestas declaraciones de un psicólogo argentino (parece de chiste, pero no lo es) que dijo algo así como "La ceremonia de poner una vela, hincar la rodilla o hacer una plegaria tiene un efecto retractivo". Creo que sólo San Expedito y él sabían de a qué se refería, pero tratándose de un psicólogo argentino nunca puede uno estar seguro de casi nada.
Lo bueno de todo es que nos descubren en el mismo reportaje un nuevo yacimiento de empleo en las ventas de cirios que, no solo no se resienten, sino que están al alza. Ya sabéis, niños, de mayores nada de hacernos médicos o ingenieros para poder emigrar a Alemania como San Expedito manda, sino a haceros vendedores de cirios que están que se salen.
Afortunadamente, la Señá Ministra del ramo, y de la vela, Doña Fátima Báñez, ya nos lo dejó dicho en una magnífica ponencia técnica el año pasado cuando se apartó de las habituales zarandajas y dio con la receta anticrisis ante un supuesto amago de intento de brote verde de verdad al manifestar aquello de: “estamos todos juntos con toda la sociedad española luchando para salir cuanto antes de la crisis, para volver al crecimiento y volver a la creación de empleo. Y yo estoy muy emocionada porque no me lo esperaba aunque de la Virgen, un capote siempre llega... esta aliada privilegiada y esta embajadora universal de Huelva que es la virgen del Rocío y que nos ha hecho este regalo adicional en nuestra salida de la crisis y en nuestra búsqueda del bienestar todos los días de los onubenses y de los ciudadanos.”
A mí con estas cosas me pasa como cuando oigo hablar a los psicólogos argentinos, que no sé si se ríen en mi cara o van enganchados a sí mismos y hasta se lo creen, pero nada, nada, cirios, capotes, santos y rezos y todos felices.
Y no nos engañemos, es lo que tenemos.