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Erbló de Paco Rebolo... la última frontera.

VAINICA DOBLE

VAINICA DOBLE

ALGO SOBRE LAS VAINICA DOBLE GASTRONOMICAMENTE HABLANDO 

Intentando que éste sea un blog casi de cualquier cosa, me ha parecido atinado enlazar dos de los temas que desde siempre me han gustado especialmente, a saber, la gastronomía y la música. En ambos reza un máxima cuasi universal: “para gustos, los colores”, así que me veo en total libertad para exponer (aunque sea al aire) mis opiniones cual aprendiz de tertuliano (pero sin sangre romana).

Me gustaría, una vez vencida mi habitual tendencia genética a la vagancia (como excusa queda de vicio) ir desgranando de a poco mis incursiones en ese mundo tan para mí en según qué aspectos incomprensible.

Recuerdo (o creo hacerlo) que con 13 ó 14 años tenía enormes dificultades para distinguir entre “Mi carro” y “Yesterday” mientras a mi alrededor pululaban los que con una guitarra y una púa hacían virguería tras virguería mientras yo miraba embobado.  Es evidente que a la anterior situación ayudaba y mucho el hecho de que mi oído musical estuviera en un escalón evolutivo inmediatamente inferior al de dos coliflores aliñadas. De hecho el único instrumento musical que puede decirse que he llegado a “tocar” ha sido la Guimbarda y a costa de muchos pellizcos en la lengua. Pero claro, tocar la Novena, o aun La Cucaracha, con la citada arpa de boca es tarea monstruosa. A lo más que llegaremos es a crear ambiente de spaghetti western y, en mi caso ni eso. Si acaso algo gore por la sangre de los pellizcos.

Pero a partir de ahí y de descubrir que también podía disfrutar de la música oyéndola, y de una manera absolutamente casual (la culpa la tuvo el “Jesucristo Superstar” que vi en el viaje de fin de curso de 8º a Granada), empecé a percibir que escuchar música era algo más que esos peñazos 40 de la SER. En fin, que pasada esa primera etapa de confusión y rechinar de dientes comencé a ir disfrutando de a poco algunas cosillas de ciertos valor y enjundia hasta que, para mi sorpresa, descubrí en mi etapa hispalense, la existencia de emisoras no dedicadas al consumo puro y duro. Esas emisoras, sobre todo una de la que desafortunadamente olvidé el nombre, emitían algo llamado “música folk”. Que resulta que ahora, tras cientos de años, está de moda, aunque con distintas etiquetas (nuevas músicas, étnica y similares). Cosas de la vida.

De ahí a los cantautores sólo existía un pequeño escalón. Muchos se tropezaron en él, las cosas como son. Y a medias entre unos y otros, sin ser ni folk, ni pop ni cantautores, descubrí a un dúo realmente fantástico, de los que ahora se dice “de culto”. Las inigualables, las grandes, las inmarcesibles… VAINICA DOBLE. Y muchos de vosotros (ja ja ja ja, “muchos”) estaréis pensando qué narices tienen que ver las Vainica con la cocina. Bueno, podría decir aquello de que lo escribo tras la publicidad, pero mejor no lo hago. También podría escribir los versos más bellos esta noche, pero me copiaron la frase.

El caso es que fue por culpa de una amiga a la que también le gustaban el ajedrez (y más adelante me di cuenta de que le gustaban mucho más los ajedrecistas, y los toreros, y los funcionarios de Organismos Autónomos, etc.) y la cocina, como me inicié en el noble arte culinario, descubriendo que había un mundo mucho más allá del puchero y los huevos fritos. En mi caso, mi rito iniciático fue a través de una vichyssoise. A partir de ahí el mundo no fue el mismo. Ni el puchero.

El siguiente paso, el lógico, fue agenciarme el nunca bien ponderado “1080 Recetas de cocina” de Simone Ortega, que aún se sigue reeditando (en mi caso la opción era ésa o comer de lata, así que…).

Y aproximadamente por esas fechas, comenzó a emitirse en televisión el mítico “Con las manos en la masa” (1984-1991), presentado por Elena Santonja; un magnífico a la par que pionero programa de cocina en el que la canción de entrada la cantaban Sabina (sí, sí Don Joaquín Sabina) y Vainica Doble (Gloria Van Aerssen y Carmen Santonja, ya fallecida hermana de la presentadora del programa) sobre texto de las Vainica. Y que levante la mano quien NO la haya oído nunca. Curiosamente, lo que mucha gente desconoce, es que uno de los mayores éxitos de Sabina (con éste ya tiene uno más que Ramoncín (nótese el fino guiño al “No al Canon”)) fue la Entradeta de este programa. ¿A que resulta curioso?

Bueno, pues ya casi lo enlazamos todo.

De cocina a Elena Santonja y de ella a las Vainica. Pasando por el folk, el pop y por Sabina (cantautores). O casi.

Por si acaso alguien en este momento levantara imaginariamente su mano, os pego la letra de la entrada, a ver si así:

Siempre que vuelves a casa
me pillas en la cocina
embadurnada de harina
con las manos en la masa.

¡Niña!, no quiero platos finos,
vengo del trabajo
y no me apetece pato chino.
A ver si me aliñas
un gazpacho con su ajo y su pepino.

Papas con arroz,
bonito con tomate,
cochinillo,
caldereta,
migas con chocolate,
cebolleta en vinagreta,
morteruelo,
lacón con grelos,
bacalao al pil pil
y un poquito’e perejil.

—¡Chiquillo! que yo hice un cursillo
para cordon bleu.
—Eso ya lo sé pero, ¡chiquilla!
—¿Qué?
—Dame pepinillos
y yo los remojaré
con una copita’e Jerez.

Y para no dar pie a que nadie se queje por lo “antiguo” de la canción, pego también la versión que ha hecho una cantante curiosísima, Rakel Winchester. Y es tan curiosa que su apellido musical no hace referencia directa al famoso rifle del Oeste americano sino que es una deformación del nombre del filósofo Wittgenstein. Toma ya y ahí va:

Siempre que güervo a casa
me pillah en la cosina
to embadunnao d'harina
con las manos en la masa
-Chiquillo, no quiero platos finos
vengo der trabajo
y no m'apetese pato chino
a ver si m'aliñas
un gazpacho con su ajo y su pepino

Papas con arró, bonito con tomate
cochifrito, caldereta,
migas con chocolate,
sebolleta en vinagreta,
morteruelo (er qué?), lacón con grelos,
bacalao al pil pil...
...y un poquito perejil

-Chiquilla, que me he ido a unos cursillos
pa que comas bien!
-Eso ya lo sé, pero chiquillo...
-...¿Qué?
-Dame pepinillos, que yo los remojaré
con una copita de Ojén
-Permasa, vamoh aquí queh lo que pasa!
pero, ¿qué quiereh pa comé?
-Me sa quitao el hambre con la guasa...
-Poh vete al carajo!
-Calla y limpia la cosina
dándole con el estropajo!

Papas con arró, bonito con tomate
cochifrito, caldereta,
migas con chocolate,
sebolleta en vinagreta,
morteruelo (er qué?), lacón con grelos,
bacalao al pil pil...
...y un poquito perejil

Curiosas las variantes y oírlas, más. Os lo recomiendo, aunque lo mismo da para otro desparrame neuronal de éstos.

En definitiva, que a quien le guste la música le viene bien un soplo de aire como el que dieron las Vainica, y a quien le guste la cocina, ver los programas de “Con las manos en la masa” (he visto recientemente reposiciones en algún sitio).

Yo, mientras termináis de leer esto, me voy a comer un guiso de patatas de ayer que hoy está para satisfacer mis más bajos instintos.

Salud y República.

3 comentarios

Paco Rebolo -

Pues yo que me alegro. Es que estas Señoras son carne cruda auténtica. A ver si hablo y a partir de ahí comentamos algo sobre uno de mis grupos fetiche, Suburbano.
• Fecha: 05/04/2007 01:33
• Autor: Paco Rebolo

HarroCafé -

Esto ya es otra cosa. Buen programa, sí señor, el de la Santonja. Parece que tus gustos recobran el sentido (el buen sentido), porque ya empezaba a temer un severo reblandecimiento de neuronas. Salud y República.
• Fecha: 04/04/2007 16:25
• Autor: HarroCafé

Paco Rebolo -

Debido a mi proverbial torpeza, he eliminado dos comentarios sobre este articulillo. Los rescato y los pego, teniendo en cuenta que los pongo como puedo y sé, que es poco. Saludos al Señor Harró