Por la Beatificación de la Consejera de Justicia de la Junta de Andalucía.
Estimadísima Señora Consejera de Justicia de nuestra bienamada Junta de Andalucía:
No tengo más remedio que escribirle esta Carta abierta y solicitar para usted la beatificación que, a mi entender y por los hechos que paso a relatar, merece. Comenzaré diciendo que jamás habría pensado que una persona como yo, atea recalcitrante, llegara a estos extremos, con lo cual puede imaginar cómo ha marcado mi vida su actuación y la de la Consejería que usted dirige en santidad. Partamos de la base de que soy un funcionario que se presentó a las oposiciones de promoción interna de la Oferta de Empleo Público de 2005 para el Cuerpo B1100 (Gestión Administrativa) que, a día de hoy, aún no ha tomado posesión de su plaza (como los otros 119 en mi situación)
¿Y cómo he llegado a este punto de entrega y sumisión? Sencillo, he llegado a apreciar cómo en todas las actuaciones de su Consejería ha cultivado usted en mí los valores evangélicos más apreciados. A saber: Van a transcurrir ya 19 meses desde que nos examinamos y, hasta ahora, no hemos tomado posesión de la plaza que con tanto esfuerzo, dedicación y tiempo, hemos ganado. Con ello me ha ayudado usted a cultivar la paciencia.
Vamos camino de 5 meses desde que tuvimos la dicha de pedir destino (en nuestro caso es sencillo, casi ninguno se mueve) y seguimos en el mismo trance. Con eso he cultivado la esperanza.
Como en todo este tiempo los compañeros que se examinaron como nosotros, pero para el Cuerpo B1200 (sólo sutilezas administrativas nos diferencian) en el mismo día, ya han tomado posesión (al igual que casi todos los que se han examinado por el camino, ofertas del 2006 y 2007 incluidas), con lo cual ellos pueden acceder al Concurso que en estos días se va a convocar (las Bases ya se conocen) y podrán presentarse una convocatoria antes que nosotros a la siguiente Promoción Interna, he aprendido la realidad de la frase evangélica de que “los últimos serán los primeros”. Además, ellos están percibiendo las retribuciones que legalmente les corresponden, pero ¿qué significa el vil metal a estas alturas?: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
Si a esto sumamos que, durante nuestra particular travesía del desierto (como el pueblo prometido), hemos carecido de cualquier tipo de información y, cualquiera que nos llegaba era inmediatamente refutada por los hechos, hemos aprendido a movernos por Fe. La sencilla y pura fe de los ignorantes. La que usted ha alentado en mí.
Además, parece ser que todo obedece a que los 19 compañeros que han repetido en ambas oposiciones (B1100 y B1200) van a ser excluidos del proceso definitivo aunque hayan llegado a pedir destino, pero eso son fruslerías (En cualquier caso, se ha comenzado el proceso cuatro meses después de conocerse las circunstancias que lo motivaron). Ahora dependemos de que propongan a otros en su lugar (la Comisión hace un mes ya que envió la relación correspondiente aunque desde su Consejería nos digan que no, sin duda para seguir cultivando nuestra fe), con lo cual, como no hacen una Relación Provisional, ha cultivado en mí la Solidaridad. Su causa es ya mi causa.
Y, más aún, como la Oferta se publicó el 15 de marzo de 2005 (sobre 32 meses), he alcanzado a conocer una definición más precisa del término “trienio” en el ámbito administrativo. Ya no sería “incremento económico de un sueldo o salario correspondiente a cada tres años de servicio activo” sino algo parecido a “período que va desde que se publica una oferta de empleo público en el ámbito de la Junta de Andalucía, y el momento en que los opositores comienzan a tener esperanza de poder pensar en tener cerca la toma de posesión”. Eso es la Sabiduría del mismo Salomón.
Pero además, hay otro valor cultivado: la Justicia. ¿Cómo? Es simple, puesto que independientemente del aprecio que sienta por todo lo anterior, es obvio que la Ley de Procedimiento administrativo y los principios de celeridad, eficacia, eficiencia, buena fe, etc., que deben fundamentar la actuación de las Administraciones Públicas han sido pisoteados, vilipendiados, despreciados y vejados, con lo cual alguien tendrá que asumir sus responsabilidades. Como de usted espero la beatificación y no otra cosa, por la misma razón entiendo que Directores Generales, Jefes de Servicio, de Sección y similares, son de su absoluta confianza, con lo cual adquieren de súbito su misma impronta. En el mismo saco metemos a todo el personal administrativo, sin duda obedientes a sus directrices y no otra cosa. Con lo cual, por eliminación nos queda y, por ende, resulta culpable de todo lo anterior, el personal de limpieza, reprografía y ordenanzas varios. Ellos son el problema. Por favor, céselos por el bien de la Función Pública andaluza en general y de los opositores como yo en particular.
En definitiva, gracias y espero verla (y a todos los que están a su alrededor, por extensión) en los altares y no en el lugar que actualmente ocupa, porque éste no la merece ni hace honor a sus muchos méritos.
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