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Erbló de Paco Rebolo... la última frontera.

LUGARES PARA NO IR: CHIRINGUITOS DE BOLONIA

Digamos que con el título formulo una declaración de intenciones y digámoslo bien: obviamente no me puedo referir a todos porque no los he visitado todos, pero en este verano el tanteo es abrumador, cuatro de cuatro. Si a esto añadimos que hablamos de un lugar paradisíaco, digno de figurar entre los mejores destinos del mundo y que hace que nos planteemos el estado mental de aquellos que recorren medio planeta buscando playas y aguas para disfrutar, el planteamiento es peor. Tenemos unas de las mejores playas del orbe conocido a un tiro de piedra o a una hora y media en coche (lo que tardamos en recorrer en verano los terribles veinte kilómetros que nos separan) y preferimos pagar una fortuna y gastar dos o tres días en avión para ir a un lugar que no es sustancialmente mejor y encerrarnos en un hotel a cebarnos con una pulserita que nos da derecho a consumir a degüello.

Además, resulta que está justo al lado de uno de los mejores yacimientos arqueológicos de toda Spain: Baelo Claudia, con una programación cultural (gratuita) en verano que es especialmente no buena, sino superior y miel extraordinaria. Y el hecho de salirme de mi tónica habitual (probad la fever three, os sorprenderá) es debido a varias experiencias negativas resumidas en: servicio regular, precios de dos estrellas Michelín y productos extraídos de los peores estercoleros del país, resecos, quemados y siempre repugnantes (inenarrable el “atún” encebollado que nos dejamos, era madera con ¡comino¡ y patatas aceitosas). Ni en los peores polígonos industriales de nuestra geografía patria entre casetes de Camela y Farias de reglamento. Lo curioso es que esos mismos que te cobran por el “servicio”, el pan o lo que surja, que cada vez se parecen a lo peor, que son los Bancos y sus comisiones, se quejen luego de que el turista sea de bocata y rodaja de tomate. A ver si lo entienden, son guiris o somos de fuera, pero NO somos imbéciles. Prefiero el bocata de chopped pork o hasta de “carne con bif” y nevera con tinto a arriesgar mi cartera y mi salud.

Tenía que decirlo.

Aparte, en esa excursión bocatera, a alguien con las prisas se le ocurrirá comprar pan en una gasolinera. Y digo yo, ¿qué mejor sitio para comprar pan que una gasolinera? Con lo cual entramos en una deleznable espiral de perpetuar la asquerosidad en el comer. Pues eso, que camino de Bolonia tenemos las Casas de Porro, un lugar donde siguen haciendo el pan blanco de toda la vida, con la levadura de rigor. Y la levadura es esa cosita que hace que el pan tarde más en hacerse, pero que se conserve también más tiempo sin convertirse en esas gachas harinosas que solemos engullir en estos tiempos de prisas y levaduras industriales que ni son levadura ni son industria. Por tanto, si queremos hacernos un bonito bocata para comer en Bolonia, mejor parar en donde os he dicho y comprar unos hermosos bollos que nos alegrarán el olfato, la vista y el resto del día o de la noche. Si salimos de Algeciras, siempre podremos hacer lo propio en las panaderías Selva, que aún hacen algunos como antes (no todos) y de entre ellos mi preferido, sin la menor duda, es el de espigas, crujiente, jugoso, aromático, sensual. Probadlo y no os arrepentiréis.

Pero, sobre todo, no vayáis a los chiringuitos a los que yo fui, y como decía Cicerón, “Delenda chiringuiti Boloniae est”.

2 comentarios

Salvador -

Hola Paco.
Acabo de leer una receta tuya en una guía del ocio y he tenido que buscarte en la web. Fantástica prosa y receta exquisitamente elaborada.
Así mismo coincido plenamente en el placer de un gin tonic bien preparado..tengo algunos trucos que serán gratamente compartidos si se diera la ocasión...
Bolonia: Verdaderamente una pena. No es casualidad que el 100% de chiringuitos que visitaste atentaran contra tu salud e intentaran usurpar con habilidad de un plumazo y en una cuenta, lanzada desde la barra y sin atisbo de sonrisa, los fondos reservados para afrontar todos los gastos mensuales de una familia media.
Este desencuentro ,que no se da en el Miramar como el primer comentario indica, entre "servicio", calidad/precio y compromiso con el cliente es un fenómeno que nos invade desde hace un tiempo en casi todos los lugares donde como una ratonera, los turistas siguen aguantando emboscadas sobrevenidas por el monopolio de únicas ofertas y facilitadas por un deplorable intento de control municipal de costas descoordinado irreparablemente desde la Junta. De verdad que no es tan difícil hacer las cosas bien. Si no saben cómo, que pregunten. O sea, que pregunten, coño!
Hay muchos ejemplos donde el turismo se va con gran sabor de boca(a colación) y las carteras y estómagos aguantan otro embite al día siguiente y quizás una tercera cena o almuerzo posterior. Lamentablemente estos ejemplos, y es mi opinión, se encuentran en el interior o en el extranjero, donde el clima es algo más severo con el visitante y las encerronas no funcionan.
Así que la penosa moraleja que estamos aplicando es la siguiente:-Machaquemos al guiri este, que el año que viene no vuelve.
Saludos

Juan Medina -

Sus comentarios sobre Bolonia son muy loabñes en lo que no estoy de acuerdo es en el tema de la chiringuitos. Como vera Vd. por mi página web, conozco Tarifa perfectamente, y por supuesto Bolonia. Yo no sé en que chiringuitos se habrá usted metido a comer porque no lo dice, pero le puedo comentar que yo voy todas las semanas a uno que hay en las Ruinas, para más reseñas, se llama Miramar y le puedo asegurar que se come mucho mejor que en muchisimos restaurantes de precios mucho más caro, y además calidad.